Hablar de la tortura en nuestros días parece inaudito, pero lo cierto es que esto es un mero acto de hipocresía donde las leyes la castigan en el papel, pero en la práctica estos hechos continúan vigentes.
Para muchos países, pese a su prohibición, las humillaciones, descargas eléctricas, torturas con agua o arrancar las uñas de manos y pies, son prácticas comunes del propio Gobierno que las utiliza o tolera en pro de una supuesta justicia como un método para obtener confesiones.
De acuerdo con Amnistía Internacional, más de 141 países en el mundo, considerados a sí mismos como países "civilizados", recurren a estos actos de crueldad. Esta situación impulsó a la organización a lanzar la campaña "Stop Tortura", una fuerte denuncia que exige a los gobiernos cumplir con su compromiso de acabar con estos lamentables sucesos.
La campaña, creada por la agencia La Despensa, consta de tres gráficos que tras la bandera de tres países; un representativo símbolo nacional; esconden casos reales donde se han violado los derechos humanos con brutales torturas. Una campaña imposible de ignorar.
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